¡Alma, que en vano quisiste ser más joven cada día, arranca tu flor, la humilde flor de la melancolía!
miércoles, 23 de marzo de 2016
DESPUES DE LA TORMENTA
Después de la tormenta entre cuerpos, llego la calma, los primeros rayos de luna entraron por la ventano, reflejándose en su piel, bajo una luz nitida apenas perceptible, pude verla como realmente era. No era dios, pero confieso que le rece mas de mil veces que se quedara conmigo derritiendo el invierno, arropándome del frio, Que me ayudara a encontrar la palabra que describiera mis sentimientos al pie de la letra. esa palabra de cuatro letras que siempre escapa de mi lengua, me arrastre por toda la casa desenredando mis cadenas, esas que me atan a su cintura y a la noche de su melena, busque por toda la casa sus ojos de luna llena, busque en cada maldito bar el rio donde ahogar mis penas, ahora solo me queda la sangre muerta, y estas manos que aun añoran mancharse de carbon. Como perros callejeros que no tienen dueño, siempre fuimos complicados, con puntos de vista realmente distintos, fuimos angeles, fuimos filosofos, artistas del asfalto, pues no habia arte mas grande que seguir amandonos. En nuestra faceta apasionada, yo colgaba de sus alas, ella suavemente me acariciaba cuando yo ingenuo por su entre pierna bajaba, Mis manos rozaron el punto exacto donde se origina toda existencia, Mi cruz estaba en sus labios, donde tantas veces me deje desangrar por unos dulces mordiscos... Despues de la tormenta entre cuerpos, cerre las cortinas, no volveran a entrar rayos de luna por la ventana, a besarme las heridas, desde entonces hay hielo en mi cama y unas manos sin carbon...
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