Hablarte de ella podría estar o
no mal, me haría quedar como un mártir y cariño yo soy todo lo que tú quieras
menos un mártir, la pondría como la culpable de mis desdichas, la dueña de mis
resacas, la dueña de mis desvelos. Yo también soy culpable de que la luna ya no
entre por mi ventana. Hoy en día lo único que me desvela para mi sorpresa es la
posibilidad infinita de encontrarme a mí mismo en paramos radiantes de luz,
libre de toda cobardía, de vez en cuando sufro de desinterés paulatino por la
vida, y la soledad que es mi amor platónico siempre viene acompañada de amarga poesía.
Hablarte de ella es sumamente complicado, no lo entenderías por completo, tu no
la amaste atreves de mis ojos, para poder entender nuestra travesía tendrías que
escuchar ambas partes y sin embargo te sonaría al cuento más aburrido y común del
mundo, pero es más que eso, es una comedia de una tragedia, pero la única tragedia
es que nadie murió, por el contrario ambos seguimos vivos, con el temor o la
desdicha de que tarde o temprano nos encontraremos y ya no seremos los mismos…
te preguntarías que es lo cómico de todo esto, y yo amablemente respondería,
que aún no han pasado los años suficientes y sigo escapando de la posibilidad
de encontrármela en la avenida y no reconocerle, lo gracioso de todo esto es que
es la historia de mi vida…