"Quisimos preservar la memoria y no logramos más que aniquilarla" repetía mi padre. Para él nada tuvo en el mundo tanto poder de sugestión como aquella misteriosa sustancia, volátil y nerviosa, que fue conocida como la tinta del olvido. Se jactaba de haber escrito con ella y se lamentaba de haber sido uno de sus fanáticos; pasó los últimos años de su vida trazando garabatos con la inefable pluma de ganso, que remojaba una y otra vez en esencias vegetales preparadas por él mismo con la corteza de los árboles del patio.
¡Alma, que en vano quisiste ser más joven cada día, arranca tu flor, la humilde flor de la melancolía!
lunes, 11 de abril de 2016
DEMACIADA TINTA
Demaciada tinta del olvido ha nublado mi juicio, ahora tan solo busco perderme para encontrarme a mi mismo.
"He visto los disciplinados grupos de obreros que marchan a sus casas después del trabajo agotador, los paseantes felices, los vagabundos enigmàticos, la gente importante y aquellos cuya función en una cuidad como esta es simplemente pasar"
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