domingo, 17 de julio de 2016

Odisea en las Sábanas

Cierro los ojos ante el fantasma de la madrugada,
mientras el sudor se resbala por mi cara.
Esta noche no le hablé de ti a mi almohada,
en cambio fue tu cama
la que soportó el peso de mi pasión
y dándole patadas al despertador
siento tu respiración en mi hombro.

Fue un paraíso ser naufragio en tus caderas,
fue un placer perderme en el eco de tus gemidos.
Vale mas ser perro flaco y aruñado,
que fantasma solitario y herido.

Que me tengo bien merecido rimar a destiempo 
y sentirme incompleto si no estás conmigo.
Que me va bien fingir ser Dios
para dibujar paisajes en tu espalda
y morirme en tu ombligo,
por la mañana despertarme enrredado en tu pelo
y beber del manantial de tu boca,
mi pequeña porción de esperanza.

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