Daria mi alma en pena
Y lo desafinado de mi voz
Tan solo por el privilegio
De rozar tus cabellos
Una noche mas.
Y perder nuevamente
Mi cordura y mi sombrero
Por esa mirada
De inocensia infinita
Por el veneno de esos labios suaves y agrietados por el viento
Esos que son mi desvelo
Y los dueños absolutos
De este ejercito de versos
Que se han quedado sin remitente...
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